Amenazas
Había
decidido formar un gabinete de crisis por primera vez en dos años.
Mientras esperaba que los burócratas a su servicio fueran
comunicando a los miembros del comité y los llevaran a la sala de
reunión tenía tiempo de intentar planificar en la medida de lo
posible el desarrollo de la misma.
Estaba
sentado en el sillón de su despacho, Para los standards de cualquier
país, incluidas las repúblicas bananeras, el salón presidencial
podría pasar por una vulgar oficina del director de alguna anónima
sucursal de una empresa de poca monta. Pero para ser plastic city era
todo un lujo. Eso sí, en una cosa aventajaban a la mayoría, sino a
todos, sus equivalentes en los países situados en tierra, la
tecnología. Plastic city era un alarde de ingeniería, y eso se
reflejaba en sus líderes y en los hábitos de sus líderes. La
mayoría de ellos tenían titulaciones universitarias relacionadas
con la ciencia o la ingeniería, y su lugar de trabajo lo reflejaba.
Volvió a mirar en el portátil el vídeo del ataque del gigante
marino a los tiburones. Había sido retransmitido poco antes de
perder todo contacto con el spin glass.
Levantó
la vista de la pantalla y su mirada fue a parar a la pared de
enfrente dónde se veía el logo de plastic city. Era una imagen que
había llegado a ser famosa desde bastante antes de que la idea de
crear la ciudad se pasara por la mente de fundadores de la misma. Se
trataba de una tortuga que, siendo una cría, había visto como una
correa de plástico se cerraba en torno al centro de su caparazón.
Al principio había sido algo bastante inocuo. El problema vino con
el paso del tiempo, según el animal crecía. Tal vez lo normal
hubiera sido que el proceso de crecimiento hubiera ejercido una
presión suficiente para romper el plástico. Pero no había sido
así. Por el contrario, la pobre tortuga había sufrido un proceso de
crecimiento en torno a la correa que lo apresaba. Se había
convertido en un animal con un tamaño adulto en los extremos, pero
su centro había quedado estrangulado por la correa. El logo
consistía en la silueta de la desdichada tortuga con una cruz de
prohibido encima. Era un logo muy representativo de lo que había
motivado la construcción del país, el propósito de enmendar el
daño que los desechos de la industria estaban provocando en el mar.
Cuando se había descubierto por primera vez el inmenso vertedero
dónde ahora vivía poca gente consciente del enorme daño que los
plásticos causaban a la naturaleza Los plásticos eran 100% no
biodegradables. Eso significaba que una vez lanzados fuera de lo
hábitats humanos pasaban a la naturaleza tal cuál, sin nada que los
eliminara. En tierra eran un problema. En el mar eran un desastre. La
mayoría permanecían flotando bien en la superficie, bien unos pocos
metros por debajo de la misma. La acción de las olas, el sol y el
viento tendían irlo rompiendo en trozos cada vez más pequeños.
Esos trozos provenían de objetos totalmente cotidianos, botellas,
muñecas de niñas pequeñas, bolsas de plástico, etc. Eran
plásticos de diversas formas, tamaños y colores. Y al romperse
daban lugar a fragmentos igualmente variados. El problema es que las
formas y colores que adoptaban ya existían en la naturaleza bajo el
nombre genérico de “plancton”. El plancton era un conjunto
heterogéneo de animales vivos, en particular pequeños crustáceos,
huevas de peces, etc. Y formaban la base de la cadena alimenticia del
mar. Peces pequeños, y no tan pequeños, aves -y también tortugas.-
se alimentaban del plancton. Para esos animales era muy difícil
distinguir el plancton de trozos de plástico que se parecían mucho
a él. Y se lo comían. El plástico es indigeridle, y si no puede
abandonar el aparato digestivo debido a su tamaño se queda ahí
obstruyéndolo. Si un animal llegaba a comer demasiado plástico
podía no quedar espacio para nada mas su estómago y terminaba
muriendo de hambre. Incluso si eso no ocurría el animal estaba en un
serio peligro. El plástico es un material en donde se fijan un
amplio abanico de sustancias extremadamente tóxicas. Un animal con
demasiado plástico en sus intestinos terminaría falleciendo por
envenenamiento. Y por supuesto los animales simplemente podían
quedar atrapados. Alguna morsa había muerto asfixiada cuando su boca
se había visto atrapada en una taza. Y por supuesto estaba la famosa
tortuga del logo. Mientras la contemplaba no se le pasó por alto la
ironía de que el logo del país fuera una tortuga, un reptil marino,
y que la mayor crisis que había afrontado en su mandato presidencial
la protagonizara otro reptil marino, eso si, mucho mas grande y
aterrador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario